Crecimiento truncad

#Devocional

De niño vi muchas carpasdoradas en los acuarios de mis amigos. Recuerdo que no me explicaba por qué tantas personas querían tener de mascotas a esas criaturas tan pequeñas y poco interesantes.

Un día, cuando tenía unos 10 años, en una excursión del colegio fuimos a un jardín botánico que tenía un estanque lleno de peces. Uno era particularmente grande y de color brillante.

—¿Qué clase de pez es ese? —pregunté a nuestra guía.
—Es una carpa dorada —respondió.
Quedé confundido.
—Pero las carpas doradas suelen ser pequeñas, ¿no? —pregunté con una pizca de sarcasmo infantil.
—No, en absoluto —contestó—. La carpa dorada llega a ser hasta más grande que estos ejemplares. Todo depende del tamaño del entorno.

No olvidé nunca ese dato, y resolví no pecar nunca más de ignorancia en cuanto a las carpas doradas. Así y todo, pasaron años antes de que sacara una enseñanza aún más profunda.

¿En cuántas ocasiones he sido como una carpa dorada en una pecera? ¿Cuántas veces me he puesto limitaciones a causa de mi percepción de mi mundo? Peor aún, ¿cuántas veces he puesto mentalmente a otras personas en un pequeño recipiente de cristal? ¿Cuántas veces he descartado a alguien tildándolo de insignificante o aburrido? ¿Cuántas veces no he reconocido las posibilidades de crecer que tenían los demás?

¿Cuánto más podría lograr si olvidara mis limitaciones y me atreviera a nadar más allá de las fronteras que yo mismo me he impuesto? ¿Qué pasaría si trasladara a otros de sus pequeñas peceras al mar de posibilidades ilimitadas que nos ofrece Jesús?

Imagínate un mundo lleno de personas con esa perspectiva, que verdaderamente creyeran que todo es posible y se lanzaran a hacerlo. Juntos podríamos llevar a cabo cosas increíbles. Juntos podríamos obrar milagros.

Isaías 9:6 (NVI) Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres:
Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.

Salmos 119:105 (NVI) Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.

Génesis 1:27 (NVI) Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios.
Hombre y mujer los creó,