RETOMAR EL GUION

¿Te ha pasado alguna vez que pierdes el guion? Por ejemplo, estás leyendo una novela y te das cuenta de que no sabes exactamente quién es quién; o te distraes durante una película y luego nada parece tener sentido. Llevamos una vida muy ajetreada, y a veces no sabemos bien quiénes somos o hacia dónde nos dirigimos.

Jonás perdió el guion cuando huyó de Dios. Este le había dicho que fuera a Nínive para advertir a sus habitantes, pero eso a Jonás no le hacía ninguna gracia: decidió tomar un barco que iba en sentido contrario. Podría haber sido un viaje al olvido, pues acabó en el vientre de un gran pez. Mas cuando se volvió a Dios, Él misericordiosamente lo libró. De nuevo en tierra firme, retomó el hilo del guion y procedió a hacer lo que Dios le había pedido.
Señor, ayúdame a no apartarme del buen camino, por difícil que sea.

«Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor».

Sara perdió el guion cuando los ángeles que visitaron a Abraham, su esposo, predijeron que ella tendría un hijo. Se rio pensando que su avanzada edad era una barrera imposible de franquear. Así y todo, aceptó aquella prueba de fe y «dio a luz, aun cuando por su edad se le había pasado el tiempo, porque creyó que era fiel quien le había hecho la promesa». Retomó el guion a través de la fe.

Señor, ayúdame a seguirte por fe, aun cuando no sepa exactamente hacia dónde me diriges.
«Sustenta mis pasos en Tus caminos, para que mis pies no resbalen».

Pedro extravió el guion cuando negó a Jesús, se sumió en la confusión y temió por su vida. Pero no todo estaba perdido. En el curso de un desayuno preparado por el Salvador resucitado, una conversación con Él cambió su forma de verse a sí mismo y su actitud ante la vida. «Cuida de Mis seguidores», le dijo Jesús. Y eso fue exactamente lo que hizo. Retomó el guion, y a partir de ese momento su vida tuvo sentido. No volvió a perder el norte.
Señor, ayúdame a quedarme quieto y escuchar Tu voz, para que halle y siga el camino que tienes para mí.
«Hazme oír por la mañana Tu misericordia, porque en Ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a Ti he elevado mi alma».

1 Pedro 2:9 (NVI) Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Hechos 2:38 (NVI) —Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.

Proverbios 3:6 (NVI)
Reconócelo en todos tus caminos,
y él allanará tus sendas.