DIOS AÚN NOS HABLA Parte 2

#Devocional

Cómo se recibe una profecía
Una vez que te has hecho a la idea de que Dios puede hablarte, ¿qué haces? Te presentamos los principios elementales.

1. Tener una relación personal con Jesucristo
Si has aceptado la salvación por medio de Jesús, has cumplido ya con el requisito primordial. Al abrir tu corazón a Jesús diste inicio a una relación íntima con Él. No solamente es tu Salvador, sino también tu Amigo, Maestro y Consejero.

2. Llenarse del Espíritu Santo
Poco antes de ser crucificado, Jesús dijo a Sus discípulos que una vez que se hubiera marchado les enviaría el Espíritu Santo, el Espíritu de Verdad, para que les enseñase todas las cosas y los condujera a toda verdad (Juan 16:7,13,14). Él ha prometido llenarte a ti también del Espíritu Santo. No tienes más que pedírselo (Lucas 11: 9-13).

3. Orar por el don
La capacidad de recibir mensajes de Dios de forma directa —lo que se denomina comúnmente profetizar— es uno de los dones del Espíritu que se detallan en el capítulo 12 de la primera epístola a los Corintios. Dios está más que dispuesto a otorgarte cualquiera de los dones del Espíritu que le pidas, entre ellos el de escuchar Su voz directamente (Mateo 7:7,8) (Si quieres saber más sobre el Espíritu Santo y sus manifestaciones, no te pierdas Los dones de Dios, de la colección Actívate.)

4. Hablarle a Jesús
La oración no debe ser un rito, sino una relación viva. Jesús quiere hablarte con la misma franqueza y libertad con que lo haría tu mejor amigo o tu cónyuge; pero la comunicación se tiene que dar en ambos sentidos. Puede que al principio te resulte un poco incómodo si no estás acostumbrado a dirigirte a Él personalmente; pero una vez que comiences a hacerlo con frecuencia, se te hará más fácil. Él te entiende y te ama como nadie. Quiere que le cuentes tus pensamientos más íntimos, tus sentimientos más recónditos y tus sueños y anhelos secretos.

5. Leer la Palabra de Dios
Para aplicar correctamente las palabras que te hable Jesús en profecía, es necesario conocer en alguna medida la Palabra de Dios ya transmitida y consignada en la Biblia. Eso también te infundirá fe en que los mensajes que recibes provienen en efecto del Señor. La Biblia es el cimiento. Léela, estúdiala, memorízala y procura que se haga carne en ti.

6. Tener fe
La Biblia dice que la fe es la certeza de que conseguiremos lo que aguardamos, aunque al presente no podamos verlo. ¿Cómo se obtiene la fe? Es sencillo: la fe viene deleer la Palabra de Dios (Romanos 10:17). A medida que leas la Palabra y te grabes en la memoria pasajes clave de la misma, tu fe aumentará.

7. Pedir
Puede que parezca evidente, pero para recibir algo del Señor en profecía es necesario que primero le pidamos que nos hable. «Clama a Mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces» (Jeremías 33:3). Haz tu llamada, pues, y recibirás Su respuesta.

8. Ser humilde
Nuestro modo de pensar, nuestra actitud interior y nuestros móviles influyen en la claridad con que oigamos palabras del Cielo. Es preciso que tengamos conciencia de que somos débiles, de que no sabemos las soluciones y por lo tanto necesitamos de Él. «Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros» (2 Corintios 4:7).

9. Pedir a Dios que te permita oír Su voz más fuerte que tus pensamientos y te ayude a subordinar tu voluntad a la Suya
Para captar mensajes de Dios tenemos que ser receptivos. Es imperioso que tengamos una actitud abierta, que estemos dispuestos a aceptar cualquier cosa que nos diga, aunque no sea lo que esperábamos ni totalmente de nuestro agrado, o aunque no lo entendamos del todo. Puede que tu idea sea buena, pero Él te demostrará que la Suya es mejor.

10. Estás listo para empezar
Comienza por buscar un lugar tranquilo y tomarte unos momentos para hablarle al Señor. Desahógate con Él y agradécele las bendiciones que te haya concedido.
Si tienes una pregunta específica que quieres hacerle, házsela. Luego permanece callado y concentra tu atención en Él. Cerrar los ojos te ayudará a no distraerte con lo que ocurra a tu alrededor.
Esfuérzate por concentrarte y escuchar pacientemente con tu espíritu. Luego acepta lo que te venga al corazón, al pensamiento, a los oídos o a los ojos: se trata de un mensaje del Señor. Di en voz alta o anota el principio, y Él te dará más. Si le has pedido sinceramente que te hable, y tus pensamientos y tu corazón están abiertos a Él, oirás Su voz.

Jeremías 33:3 (NVI) “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes.”

2 Corintios 4:7 (NVI) Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.

Romanos 10:17 (NVI) Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.

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