El Espejo Matrimonial

—¡Mari-i-i-i-ie! —retumbó por toda la casa la voz de Ivo, mi esposo—. ¿Dónde dices que pusiste mi camisa verde?

—Está colgada en el armario, en el costado izquierdo, entre las camisas blancas y tu saco.
—¡No la veo!

Subí por las escaleras y entré en la alcoba.

—¡Voy atrasado, y no está donde dices!

—No te sulfures. Yo te la encuentro.

Metí la cabeza unos instantes en el armario y saqué la percha con la camisa verde.

—¿Dónde estaba?
—Donde te dije. Seguro que no la viste por los nervios.

En los más de 30 años que llevo de matrimonio he vivido cantidad de experiencias parecidas. Antes de casarme, yo ya sabía que mi futuro esposo funcionaba de una forma muy distinta de la mía. Sin embargo, pensé que podría cambiarlo. Me fastidió no lograrlo.

Si bien sigo creyendo en el poder mágico del amor y en su eficacia para transformar a las personas, soy consciente de que Dios no quiso que Sus criaturas fueran todas idénticas. Nos concibió más bien de forma que nos complementáramos.

La capacidad de complementarnos se basa en la aceptación, el respeto mutuo y el reconocimiento de nuestras diferencias. No es de extrañar, pues, que estudios sobre relaciones arrojen que la principal causa de las rupturas sea la falta de comunicación.

A continuación presento cinco principios que me han servido de guía para hacer que mi matrimonio funcione:

1. Tener presentes todas las cualidades de mi marido que me llevaron a enamorarme de él.

2. Reconocer mis propios fallos y defectos, para no agrandar tanto los suyos. «El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra».

3. Perdonar lo antes posible. «Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo».

4. Conservar un buen sentido del humor. Mark Gungor, consejero matrimonial, comenta: «¿Te ha sucedido alguna vez que, al pasar junto a un espejo, te aterrorizó lo que viste? El matrimonio es como un espejo. Al vivir tan cerca de otro ser humano empiezas a ver bastante claramente cómo eres en realidad y qué ajustes y cambios necesitas realizar».

5. Pedir a Jesús que me conceda una dosis mayor de Su amor cuando las cosas se tornan difíciles. «[El amor] todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta». «El amor cubrirá multitud de pecados».

Efesios 4:32 (NVI) Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.

1 Corintios 13:7 (NVI) Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

1 Pedro 4:8 (NVI) Sobre todo, ámense los unos a los otros profundamente, porque el amor cubre multitud de pecados.