Escucha:
Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. (Salmos 139:3)
Piensa:
Dios me escudriña y me conoce por dentro y por fuera; así que no debo sorprenderme si Él me sigue amando aun cuando “se dé cuenta” de cómo soy en realidad.
Él sabe de cada paso que doy, de cada pensamiento que tengo; así que sabe cómo he llegado al lugar donde estoy, y qué pasos y pensamientos me guiarán hacia el lugar dónde Él quiere que vaya.
Él sabe cómo y donde vivo; así que puedo contar con que Él me señale elementos de mi estilo de vida que no correspondan a Sus intenciones para mi vida.
Él me rodea con Su cuidado y con Su toque; así que Él tiene el control aún en la presencia de mis enemigos.
En donde sea o como sea que yo acabe, Dios está ahí esperándome; así que nunca tengo que preocuparme por estar tan lejos de Él que no pueda encontrarlo.
Él puede comunicarse conmigo en cualquier lugar, en cualquier momento; así que puedo estar tranquilo sabiendo que Él puede hablarme de manera que yo pueda entender claramente.
La oscuridad y la luz para Dios son lo mismo; así que no importa qué tan espantosas puedan parecer mis circunstancias, o qué tan perdido me sienta en medio de ellas, Dios ve todo con claridad.
Dios siempre nos ama. Porque Él anhela estar con nosotros para siempre, porque se deleita completamente en nosotros, por eso ha marcado un camino para quitar los pecados de nuestras vidas.
Él hace una distinción entre nosotros y nuestras necedades. Sus pensamientos acerca de nuestros pecados son exactamente opuestos a Sus sentimientos por nosotros. Él quiere deshacerse de nuestros pecados de modo que pueda estar cerca de nosotros.
¿Por qué piensas que las personas tienen dificultad en creer que Dios los ama incondicionalmente? ¿Cómo explicarías el amor de Dios con tus propias palabras?
¿Por qué creó Dios el mundo? ¿Cuál es Su propósito para nosotros?
Dios quiere que lo busquemos para que tengamos una relación más profunda y más significativa. Si Dios me escudriña no para castigarme sino para revelarme lo que él quiere cambiar, hoy me dejaré escrudiñar por él.
Ora:
Señor, gracias por bendecirme con Tu presencia constante, escudriñame y enseñame a ser cada día mejor. Amén
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