Escucha:
Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra. (1 Reyes 17:1)
Piensa:
Cuando Elías oró, sucedieron cosas impresionantes e imposibles para los hombres. Las nubes se secaron o derramaron lluvia, los cuervos sirvieron de camareros, el aceite y la harina se multiplicaron, el fuego cayó del cielo y un niño muerto volvió a la vida. Algunos de estos milagros ejemplificaron el tiempo divino, y cada uno sirvió como una muestra del poder del Señor. Recordatorios, tales eventos de que nada es imposible cuando Dios decide actuar.
Los que oran con valentía pueden vivir la emoción de ser testigos de milagros. Algunos pueden cuestionar si Dios realmente cambiaría el tiempo como consecuencia de la oración. Y aún así lo ha hecho: “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto” (Santiago 5:17-18). Elías era como nosotros, así que ¿por qué no podemos orar como él?
No tenemos que entender cómo funciona la oración; sólo tenemos que creer que funciona. La oración es la clave que hace que las cosas funcionen. La oración es el medio para conectarse al poder de Dios. Se nos instruye a orar “continuamente” (1 Tesalonicenses 5:17). Dios ha prometido escuchar y responder. Elías fue testigo de algunas respuestas únicas a la oración, pero su habilidad para orar no fue exclusiva. Cuando clamamos a Dios, de todo corazón, y con nuestra fe volcada totalmente a su grandioso e infalible poder, ocurren grandes cosas, incluyendo cosas imposibles a los ojos de los hombres, porque Dios escucha y responde siempre, de acuerdo a Su maravillosa voluntad.
Ora:
Señor, sé que eres el Dios de los milagros y que nada es imposible para los que oran siempre en Tu poder infalible. Ayúdame a clamarte con valentía y a creer en los milagros como respuesta a mis plegarias. Amén
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