Escucha:
Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia…Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho. (Números 14:19-20).
Piensa:
La historia de los israelitas en el desierto estuvo marcada por períodos de obediencia y alegría y tiempos de desobediencia y castigo. Aunque Dios realizó varios milagros para liberar a su pueblo de Egipto, los israelitas persistieron en dudar de Él. En consecuencia, El Señor los llevó al desierto y los puso a prueba.
Una de las pruebas involucraba agua, de la cual Dios los privó durante tres días. Sólo se quejaron. Dios quería que se lo pidieran. Cuando Moisés gritó, Dios dijo que si el pueblo le obedecía, él satisfaría sus necesidades. Ellos obedecieron. Recibieron agua y quedaron satisfechos. Hasta la próxima crisis.
Los israelitas se quejaron de nuevo. Esta vez por falta de comida. De nuevo Moisés rezó, y Dios respondió. Esta vez, sin embargo, sólo concedió lo necesario para cada día. Dios quería que aprendieran a caminar con suficiente luz sólo para el escenario en el que estaban.
¿Alguna vez sentiste que llegarías a tu objetivo sin tener que confiar en Dios en cada paso que dabas, o que tu mejor esfuerzo siempre te garantizaría los resultados que tu mismo estabas esperando?
Este pasaje ilustra que la capacidad de Dios para perdonar es ilimitada, aún cuando por miedo, dudas o exceso de confianza podemos poner en tela de juicio, tal vez inconscientemente, su cuidado por nosotros. Sólo tenemos que confesar, y Él es fiel y justo para perdonarnos (1 Juan 1:9). Las consecuencias de nuestro comportamiento rebelde, sin embargo, son inevitables. En el caso de los israelitas, muchos tuvieron que morir en el desierto. Sólo Josué y Caleb verían la tierra prometida.
Y es que lo que los Israelitas ignoraron, es que Dios a menudo proporciona suficiente luz sólo para la etapa en la que estamos y es allí donde debemos mantener solidas nuestra paciencia y nuestra fe, para poder confiar plenamente en Él y caminar en obediencia. Entonces, Él en su perfecta misericordia, encenderá para nosotros, la luz que nos guíe a la siguiente etapa.
Ora:
Señor, busco en Ti la liberación y el perdón, pidiéndote que satisfagas mis necesidades cada día. Ayúdame a no dudar nunca de que siempre me darás la luz que necesito para cada paso que dé. Amén
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