Escucha:
En el día de mi angustia te llamaré, Porque tú me respondes. (Salmos 86:7)
Piensa:
¿Cuál es su concepto del Señor? ¿Lo ve como el Único que puede manejar cada uno de los problemas que trae ante Él? Nehemías conocía a Dios de esta manera. Después de enterarse de la ruina de Jerusalén, lloró, ayunó, y le pidió que interviniera. Su súplica ofrece un vislumbre de cómo veía al Todopoderoso (Neh 1.5-11).
Primero, el término hebreo Jehová se refiere al Único absoluto en fidelidad. Luego, el título Elohim indica el poder infinito de Dios y su soberanía sobre el universo. Por último, Adonai significa “gobernante sobre todo”. Nehemías traía su petición ante el trono con plena confianza en Dios. Y el Señor respondió su oración de manera poderosa y dramática. Como copero en el palacio, Nehemías probaba primero la comida y la bebida para proteger al rey Artajerjes de un posible envenenamiento. Para un servidor de esa posición, lucir triste era muy arriesgado (2.1), pero la terrible noticia lo abatió.
Por tanto, el Señor obró un milagro: Cuando el rey preguntó qué afligía a su copero, Nehemías expresó su angustia por el pueblo judío. En vez de castigarlo, Artajerjes le permitió ir a reconstruir lo que había sido destruido, ¡y hasta proveyó los materiales! Dios se encargó de lo que parecía ser una carga abrumadora y sin salida para Nehemías en ese entonces, y Él puede hacer lo mismo por nosotros en el presente.
Tener el concepto correcto del Señor nos permitirá acercarnos a Él con confianza absoluta. Y sabemos que Él escuchará y responderá nuestras oraciones (Sal 86.7). Recuerde que Él es absoluto en fidelidad e infinito en poder. Nuestro Padre celestial lo gobierna todo.
Ora:
Señor, gracias por el privilegio de poder caminar a Tu lado, siendo testigo de Tu carácter y grandioso poder, para el que no hay imposibles. Gracias por escuchar mis oraciones y permitirme conocerte y seguirte Padre.
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