Escucha:
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento”. (Salmos 23:4)
Piensa:
Sombra de Muerte: Es símbolo de Profunda tiniebla, Lugar de muerte. Y en contra parte a eso dice: No temeré mal alguno: Mal acá es: Infelicidad, algo desagradable, lo peor, miseria, calamidad, o adversidad.
¿Cuál es la razón de tal seguridad? Tú estarás conmigo. Presencia. Dios ha dicho: “No te dejaré ni te desampararé” “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
Un genuino padre jamás abandonará a sus hijos. Dios jamás nos abandonará, porque él sabe el valor que su presencia tiene en nuestra vida.
Fuimos creados para vivir en compañía. Dios nos creo de esa manera. Y él nos desafiará en algún momento de nuestra frágil y quebradiza existencia a enfrentar el Valle de sombra de muerte en amigos o familiares o en nosotros mismos. En ese desafío no temeremos. El estará con nosotros.
Su presencia es el más grande regalo que podemos tomar en nuestro corazón. Su presencia cuando lo llena disipa los temores y las angustias.
Hoy podré disfrutar tanto del Desafío de la muerte como de la dulce Presencia Divina.
Ora:
“Señor. Que bueno es saber que tu presencia me sostiene. Tu presencia hoy me desafiará y en ese reto podré palpar tu dulce y eterna presencia. Caminaré con confianza hoy. Amén”
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