Escucha:
Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. (Santiago 1:6)
Piensa:
Fácilmente olvidamos el requisito que viene antes de la promesa. El don extravagante de la sabiduría de Dios solo se da cuando se cumple con una condición previa. Cuando pedimos debemos creer. De otra manera, su sabiduría no llegará.
¿Qué quiere decir Dios al requerir nuestra fe? ¿Que solo debemos creer que Él responderá? Es eso, pero hay más. Debemos creer, con anticipación, que lo que Él nos dice es sabiduría que debemos seguir. Debemos comprometernos a poner atención a sus instrucciones antes de que Él nos las dé. Si no nos comprometemos, Él no responderá. Si no nos proponemos en nuestro corazón hacer su voluntad, nunca la descubriremos.
Muchos cristianos piden la sabiduría de Dios como una opción para considerar entre otras. Se convierte en una posibilidad entre un rango de muchas. Si solamente le pedimos su consejo, Él no lo dará. Él solo da soluciones que debemos implementar, no sugerencias para considerar. El compromiso de cumplir va primero. La mente de Dios se nos concede generosamente, pero solo para que lo obedezcamos. No es un artículo que se pueda comprar. No llega con una política de devolución.
Pedir la voluntad de Dios como una opción para considerar y no como un mandamiento para obedecer es colocar nuestro intelecto por encima del suyo. Nos ponemos en una posición de autoridad en la que Él nos presenta sus propuestas, obviando inconscientemente que Él es la autoridad y que cuando Él habla, no hay mejor opción. El Creador omnisciente no nos ofrece un plan de segunda clase. Su primera indicación es siempre la correcta.
¿Le pides a Dios su sabiduría con la resolución de obedecerla? Si no, no esperes a que llegue. Más bien, espera ser lanzado de un lado para otro como una ola en una tormenta. Sin embargo, si tu corazón se compromete a hacer lo que Él quiere, fácilmente encontrarás Su voluntad. Dios nos da su mente como respuesta a nuestra fe.
Dios nunca revelará más verdad de sí mismo hasta que obedezcas lo que ya sabes.
Ora:
Señor, que aprenda a seguir Tu voluntad como esperas que lo haga, no cómo una opción más a considerar, sino como el camino correcto que debo seguir para servirte y glorificarte. Amén
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