Escucha:
Éste es el día que el Señor ha hecho; y en él nos alegraremos y regocijaremos. (Salmos 118:24)
Piensa:
Dios quiere que tengamos alegría en medio de la cotidianidad de todos los días de la vida, incluso en los peores días. el versículo de hoy nos instruye en esa verdad pero además guarda un secreto tácito increíble: cada día es un nuevo día.
Que tal si enfrentamos cada nuevo día como una oportunidad única, que no se relacione con un fracaso del día anterior, ni con la angustia de lo que pueda traer el día siguiente, sino en la alegría de disfrutar el momento presente.
Hubo momentos en mi vida en los que temía enfrentarme a cada día. Todo lo que podía pensar era en mis circunstancias, preguntándome cómo Dave y yo íbamos a pagar las cuentas o hacer todo lo que teníamos que hacer. A veces quise ponerme las cobijas sobre mi cabeza y solo quedarme en cama.
Estaba tan envuelta en la preocupación que me estaba perdiendo lo más importante: Dios había creado un nuevo día, y Él lo creó para que yo pudiera disfrutarlo.
Cada día está lleno de todo tipo de situaciones que podrían molestarte, cosas como perder las llaves de tu auto o quedarte atrapado en el tráfico. Pero puedes elegir estar en paz y en control en medio de ello.
Cuando sacamos nuestras mentes de nosotros mismos y nuestras circunstancias y ponemos nuestro enfoque en Dios y en amar a los demás, estamos abrazando una actitud que honra a Dios y nos permite ver todos los días como un nuevo y emocionante regalo de Dios.
Ora:
Dios, gracias por el regalo de un nuevo día. En lugar de centrarme en las cosas frustrantes de la vida, elijo estar en paz contigo, alegrarme y regocijarme por ello. Amen.
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