EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO

Todos los creyentes tienen el derecho de recibir y deben buscar fervientemente la promesa del Padre, el bautismo en el Espíritu Santo y fuego, según el mandato del Señor Jesucristo.

Esta era la experiencia normal y común de toda la primera iglesia cristiana. Con el bautismo viene una investidura de poder para la vida y el servicio y la concesión de los dones espirituales y su uso en el ministerio.

Esta experiencia es distinta a la del nuevo nacimiento y subsecuente a ella.

Con el bautismo en el Espíritu Santo el creyente recibe experiencias como:

  • la de ser lleno del Espíritu, Juan 7:37–39 [RVR1960/NVI], Hechos 4:8 [RVR1960/NVI]
  • una reverencia más profunda para Dios, Hechos 2:43 [RVR1960/NVI], Hebreos 12:28 [RVR1960/NVI]
  • una consagración más intensa a Dios y dedicación a su obra, Hechos 2:42 [RVR1960/NVI]
  • y un amor más activo para Cristo, para su Palabra y para los perdidos, Marcos 16:20 [RVR1960/NVI]