Cuando la oración se torna menos dulce y fácil; cuando el amor es menos tierno y entusiasta; cuando la presencia de Dios se hace menos patente y consoladora; cuando aun el cumplimiento de los deberes externos implica mayor dificultad y menos gozo, entonces la fidelidad —cultivada en circunstancias penosas como esas— se hace mayor, y eso es lo único que Dios espera de nosotros.
François Fénelon (1651–1715)
Aunque supiera que mañana el mundo se haría pedazos, igual plantaría mi manzano.
Martín Lutero (1483–1546)
El agua blanda en la piedra dura, gota a gota hace cavadura.
Refrán español
Dios conoce nuestra situación; no nos juzga como si no tuviéramos obstáculos que sortear. Lo que importa es la sinceridad y la perseverancia de nuestra voluntad para superarlos.
C. S. Lewis (1898–1963)
Solo el que manda con amor es servido con fidelidad.
Francisco de Quevedo (1580–1645)
Todo lo que he logrado o espero lograr ha sido mediante el proceso perseverante, paciente y laborioso de acumulación por el que se construye un hormiguero, partícula por partícula, idea por idea, hecho por hecho.
Elihu Burritt (1810–1879)
Toma nota del proceder de Jesús. El factor predominante en Su vida fue cumplir la voluntad de Su Padre. El Suyo no fue el camino de la sabiduría o del éxito, sino el de la fidelidad.
Oswald Chambers (1874–1917)
He aquí el gran secreto del éxito: Trabaja con todo tu empeño, pero nunca confíes en tu trabajo. Reza con toda el alma por la bendición de Dios, pero al mismo tiempo trabaja con toda diligencia, con toda paciencia y con toda perseverancia. Ora y trabaja. Trabaja y ora.
George Müller (1805–1898)
Mentalmente libramos batallas todos los días. Cuando comenzamos a sentir que la lucha es demasiado encarnizada y nos entran ganas de darnos por vencidos, debemos optar por resistir los pensamientos negativos y tomar la determinación de remontar nuestras dificultades. Es preciso que nos empeñemos en no abandonar. Cuando nos asalten dudas y temores, debemos tomar una resolución firme y decir: «¡Nunca me daré por vencido! Dios está de mi lado. Él me ama y me presta auxilio. Lo lograré».
Joyce Meyer (1943– )
Recuerda que Dios no nos paga según nuestros resultados, sino según nuestro esfuerzo.
Don Bosco (1815–1888)
Como la estrella que brilla a lo lejos,
sin prisa ni descanso,
que cada hombre con constancia
realice la obra del día
dando lo mejor de sí.
Johann Wolfgang von Goethe (1749–1832)
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Romanos 10:17 (NVI) Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.
1 Timoteo 1:12 (NVI) Doy gracias al que me fortalece, Cristo Jesús nuestro Señor, pues me consideró digno de confianza al ponerme a su servicio.
Mateo 25:21 (NVI) Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”
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