#EnergiaPositiva
»¡Grita con toda tu fuerza, no te reprimas!
Alza tu voz como trompeta.
Denúnciale a mi pueblo sus rebeldías;
sus pecados, a los descendientes de Jacob.
Porque día tras día me buscan,
y desean conocer mis caminos,
como si fueran una nación
que practicara la justicia,
como si no hubieran abandonado
mis mandamientos.
Me piden decisiones justas,
y desean acercarse a mí,
y hasta me reclaman:
“¿Para qué ayunamos, si no lo tomas en cuenta?
¿Para qué nos afligimos, si tú no lo notas?”
»Pero el día en que ustedes ayunan,
hacen negocios y explotan a sus obreros.
Ustedes sólo ayunan para pelear y reñir,
y darse puñetazos a mansalva.
Si quieren que el cielo atienda sus ruegos,
¡ayunen, pero no como ahora lo hacen!
¿Acaso el ayuno que he escogido
es sólo un día para que el hombre se mortifique?
¿Y sólo para que incline la cabeza como un junco,
haga duelo y se cubra de ceniza?
¿A eso llaman ustedes día de ayuno
y el día aceptable al Señor?
»El ayuno que he escogido,
¿no es más bien romper las cadenas de injusticia
y desatar las correas del yugo,
poner en libertad a los oprimidos
y romper toda atadura?
¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento
y dar refugio a los pobres sin techo,
vestir al desnudo
y no dejar de lado a tus semejantes?
Si así procedes,
tu luz despuntará como la aurora,
y al instante llegará tu sanidad;
tu justicia te abrirá el camino,
y la gloria del Señor te seguirá.
Llamarás, y el Señor responderá;
pedirás ayuda, y él dirá: “¡Aquí estoy!”
»Si desechas el yugo de opresión,
el dedo acusador y la lengua maliciosa,
si te dedicas a ayudar a los hambrientos
y a saciar la necesidad del desvalido,
entonces brillará tu luz en las tinieblas,
y como el mediodía será tu noche.
El Señor te guiará siempre;
te saciará en tierras resecas,
y fortalecerá tus huesos.
Serás como jardín bien regado,
como manantial cuyas aguas no se agotan.
Tu pueblo reconstruirá las ruinas antiguas
y levantará los cimientos de antaño;
serás llamado “reparador de muros derruidos”,
“restaurador de calles transitables”.
»Si dejas de profanar el sábado,
y no haces negocios en mi día santo;
si llamas al sábado “delicia”,
y al día santo del Señor, “honorable”;
si te abstienes de profanarlo,
y lo honras no haciendo negocios
ni profiriendo palabras inútiles,
entonces hallarás tu gozo en el Señor;
sobre las cumbres de la tierra te haré cabalgar,
y haré que te deleites
en la herencia de tu padre Jacob.»
El Señor mismo lo ha dicho.
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