#NoticiasCristianas
Recuerdo que aprendí el significado de la palabra microcosmos cuando estaba en 5º de primaria. De tarea, la profesora nos entregó a cada uno un cordel de unos 90 cm y nos dijo que marcáramos con él un círculo en el suelo. Acto seguido debíamos observar todo lo que hubiera en ese espacio, estudiarlo y determinar qué seres vivían en ese diminuto universo.
Desde entonces me han fascinado los mundos pequeños. Me pasaba horas sentada en la hierba creando ambientes para las hormigas y otros bichitos. Hacía sillas con hojas, y túnicas con pétalos. Construía caminos y casas con ramitas. Pero más que nada, observaba.
Llevaba mi cordel a todas partes. De golpe comencé a ver el mundo con otros ojos. En los jardines, en los senderos de ripio, en los salientes rocosos con alfombras de musgo, lo único que tenía que hacer era marcar un círculo y así crear un mundo nuevo. Quizá crear sea mucho decir, pero sí podía modificar los mundos existentes y tratar de mejorarlos.
Hoy en día me entero de tragedias por las noticias y lloro al leer los titulares. Escucho debates políticos y me pregunto si la gente alguna vez se pondrá de acuerdo o si está tan enfrascada en sus discusiones que nunca se dará cuenta de lo que tiene en común.
¡Ojalá pudiera yo cambiar el mundo! ¡Ojalá pudiera hacer de él un lugar más limpio y más bello! ¡Ojalá pudiera terminar con las guerras y la violencia! ¡Ojalá el bien se extendiera por toda la Tierra! Estuve cavilando sobre eso durante mi paseo matutino. Entonces me acordé de la niña de 5º de primaria y me di cuenta de que, si bien no puedo cambiar el mundo entero, puedo mejorar mi pequeño universo. No puedo transformar el corazón de todas las personas, pero sí puedo influir en aquellas que caminan a mi lado.
Puedo crear un microcosmos sereno en un mundo de tempestades. Puedo hacer de mi hogar un remanso de paz en medio de las tormentas. Puedo hacer cosas para que mi entorno sea más bonito. Puede que Dios no me haya dado un mundo enorme que cambiar, pero puedo transformar mi pequeño mundo buscando formas de llenarlo del amor de Dios cada día.
—
Proverbios 27:17 (NVI)
El hierro se afila con el hierro,
y el hombre en el trato con el hombre.
1 Corintios 15:33 (NVI) No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.»
Proverbios 13:20 (NVI)
El que con sabios anda, sabio se vuelve;
el que con necios se junta, saldrá mal parado.
Para comentar debe estar registrado.