#Devocional
Obedece a Dios y haz Su voluntad.
Juan 9:31: Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace Su voluntad, a ése oye.
Juan 15:7: Si permanecéis en Mí, y Mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
1 Juan 3:22: Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de Él, porque guardamos Sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de Él.
Sométete a Dios y procura que tu oración sea acorde con Su voluntad.
Salmo 143:10: Enséñame a hacer Tu voluntad, porque Tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
Mateo 6:10: Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Lucas 22:42: Padre, si quieres, pasa de Mí esta copa; pero no se haga Mi voluntad, sino la Tuya.
Juan 5:30: No puedo Yo hacer nada por Mí mismo; según oigo, así juzgo; y Mi juicio es justo, porque no busco Mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
1 Juan 5:14: Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye.
Reza con humildad.
Daniel 9:18b: Porque no elevamos nuestros ruegos ante Ti confiados en nuestras justicias, sino en Tus muchas misericordias.
Lucas 18:10-14: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
Santiago 4:6: Pero Él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
Cuando ores, recuérdale a Dios Sus promesas.
Génesis 32:6-12: Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Vinimos a tu hermano Esaú, y él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres con él. 7 Entonces Jacob tuvo gran temor, y se angustió; y distribuyó el pueblo que tenía consigo, y las ovejas y las vacas y los camellos, en dos campamentos. 8 Y dijo: Si viene Esaú contra un campamento y lo ataca, el otro campamento escapará. 9 Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Señor, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y Yo te haré bien; 10 menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con Tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. 11 Líbrame ahora de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera la madre con los hijos. 12 Y Tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.
Nehemías 1:4-11: Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. 5 Y dije: Te ruego, oh Señor, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan Sus mandamientos; 6 esté ahora atento Tu oído y abiertos Tus ojos para oír la oración de Tu siervo, que hago ahora delante de Ti día y noche, por los hijos de Israel Tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra Ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado. 7 En extremo nos hemos corrompido contra Ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés Tu siervo. 8 Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés Tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, Yo os dispersaré por los pueblos; 9 pero si os volviereis a Mí, y guardareis Mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí Mi nombre. 10 Ellos, pues, son Tus siervos y Tu pueblo, los cuales redimiste con Tu gran poder, y con Tu mano poderosa. 11 Te ruego, oh Señor, esté ahora atento Tu oído a la oración de Tu siervo, y a la oración de Tus siervos, quienes desean reverenciar Tu nombre; concede ahora buen éxito a Tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón.
—
Con mi telescopio puedo penetrar millones de millas en el espacio. No obstante, si dejo a un lado mi telescopio, me encierro en mi habitación y me pongo de rodillas a orar fervientemente, veo mejor el Cielo y me acerco más a Dios que con la asistencia de todos los telescopios y recursos materiales de este mundo.—Isaac Newton
Cada mañana, nada más despertarte, todos los deseos y esperanzas que tienes para ese día se abalanzan sobre ti como animales salvajes. Y tu primera tarea cada mañana consiste en repelerlos, en prestar atención a esa otra voz, en adoptar ese otro punto de vista, empapándote de esa otra vida, más amplia, más fuerte y más tranquila.—C.S. Lewis
Para comentar debe estar registrado.