#Devocional
Hijo mío, si haces tuyas mis palabras
y atesoras mis mandamientos;
si tu oído inclinas hacia la sabiduría
y de corazón te entregas a la inteligencia;
si llamas a la inteligencia
y pides discernimiento;
si la buscas como a la plata,
como a un tesoro escondido,
entonces comprenderás el temor del
y hallarás el conocimiento de Dios.
Porque el Señor da la sabiduría;
conocimiento y ciencia brotan de sus labios.
Él reserva su ayuda para la gente íntegra
y protege a los de conducta intachable.
Él cuida el sendero de los justos
y protege el camino de sus fieles.
Entonces comprenderás la justicia y el derecho,
la equidad y todo buen camino;
la sabiduría vendrá a tu corazón,
y el conocimiento te endulzará la vida.
La discreción te cuidará,
la inteligencia te protegerá.
La sabiduría te librará del camino de los malvados,
de los que profieren palabras perversas,
de los que se apartan del camino recto
para andar por sendas tenebrosas,
de los que se complacen en hacer lo malo
y festejan la perversidad,
de los que andan por caminos torcidos
y por sendas extraviadas;
te librará de la mujer ajena,
de la extraña de palabras seductoras
que, olvidándose de su pacto con Dios,
abandona al compañero de su juventud.
Ciertamente su casa conduce a la muerte;
sus sendas llevan al reino de las sombras.
El que se enreda con ella no vuelve jamás,
ni alcanza los senderos de la vida.
Así andarás por el camino de los buenos
y seguirás la senda de los justos.
Pues los íntegros, los perfectos,
habitarán la tierra y permanecerán en ella.
Pero los malvados, los impíos,
serán desarraigados y expulsados de la tierra.
Para comentar debe estar registrado.