#EnergiaPositiva
«Mi amado me habló y me dijo: «¡Levántate, amada mía; ven conmigo, mujer hermosa!”»
Marta fue una mujer que tuvo que aprender la importancia de valorar por sobre todas las cosas la paz y la inspiración que nos brinda Jesús. En una ocasión en que Él fue a visitarla, se preocupó tanto de ser buena anfitriona y estuvo tan inquieta y ajetreada que no le quedó tiempo para Él2. Ese incidente encierra una enseñanza para todos nosotros.
Señor, ayúdame a acudir a Ti para disfrutar de Tu compañía.
Presten atención y vengan a Mí, escúchenme y vivirán. Isaías 55:3 (NVI)
Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Santiago 4:8 (NTV)
Así como los pájaros tienen sus nidos […] y los ciervos sus escondrijos y sus defensas, […] de la misma manera […] nuestro corazón ha de escoger cada día algún lugar […] donde guarecernos de cuando en cuando, donde refrescarnos y recrearnos. S. Francisco de Sales (1567–1622)
Señor, ayúdame a hacer espacio en mis ajetreados días para acudir serenamente a Tu presencia.
¡Bendita quietud, santa quietud,
que inunda de sosiego mi alma!
En la agitada mar oigo a Jesús,
¡y toda ola se acalma!
Manie Ferguson (1850–1932)
Dios es un ser tranquilo que mora en la tranquilidad eterna. De igual modo tu espíritu debe convertirse en una pequeña laguna tranquila y cristalina en la que se refleje la luz serena de Dios. Gerhard Tersteegen (1697–1769)
Señor, ayúdame no solo a buscar un lugar tranquilo, sino a hallar también tranquilidad interior.
[Jesús] no vino meramente a darnos pan; dijo: «Yo soy el pan». No vino meramente a ofrecernos luz; dijo: «Yo soy la luz». No vino meramente a mostrarnos la puerta; dijo: «Yo soy la puerta». No vino meramente a nombrar un pastor; dijo: «Yo soy el pastor». No vino meramente a señalarnos el camino; dijo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida». J. Sidlow Baxter (1903–1999)
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Juan 3:36 (NVI) El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rechaza al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios.
Hebreos 7:25 (NVI) Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos.
Santiago 4:8 (NVI) Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes los inconstantes, purifiquen su corazón!
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