Cambia El Mundo

Pregunta: Quiero poner más de mi parte para ejercer una influencia positiva en mi entorno, pero me da la impresión de que bien poco puedo hacer. Cambiar el mundo me parece una tarea monumental. No sabría por dónde empezar.

Respuesta: La buena noticia es que para dejar huella no hace falta ser una persona de mucha influencia o recursos. Cada cambio favorable que tiene lugar, por grande o pequeño que sea, contribuye a labrar un mundo mejor. Podemos mejorar la vida de las personas que nos rodean con nuestros actos de bondad y consideración, y también manifestando fe en ellas. A continuación, algunas fórmulas prácticas para empezar a cambiar, de persona en persona, nuestro rincón del mundo:

Cultiva la excelencia. Procura pensar como mínimo en un rasgo de cada persona que te parezca digno de elogio y preocúpate de hacérselo saber. No seas tímido: ya verás que no se cansará de oírlo. Reforzarás su confianza en ese aspecto y, a medida que aumente su autoestima, la persona mejorará también en otros aspectos.

Asigna funciones importantes a las personas. Procura darles facultades y atribuciones en los aspectos que son su fuerte. Demuéstrales a los demás que confías en ellos, que los necesitas y los valoras.

Aprecia a las personas por lo que son. Valorar el desempeño de una persona es importante, y a la gente le gusta que le den las gracias y que se le reconozca lo que ha hecho; pero ser estimado por una cualidad particular es mucho más grato que ser aplaudido por las consecuencias de esa cualidad.

Las expresiones de aprecio y agradecimiento pueden ser muy sencillas. No pienses que tienes que albergar profundos sentimientos de cariño por alguien, o ser su mejor amigo y conocerlo a fondo, para ejercer una influencia positiva en él. Puedes tener un efecto maravilloso en personas a las que prácticamente no conoces.
Aminora la marcha. Toma tiempo ver a los demás con nuevos ojos. Ve más despacio en tu trato con las personas y dale a Dios la oportunidad de revelarte cómo las ve Él.

Haz pausas para meditar. Piensa en los aspectos en que alguien te ha ayudado. Ello cambiará tu modo de verlo, pues te habrás tomado el tiempo de ahondar en vez de quedarte en las suposiciones superficiales que con tanta facilidad hacemos.

Olvida el pasado.A nadie le gusta que lo etiqueten o lo encasillen. Procura ver cómo son las personas actualmente o cómo pueden llegar a ser el día de mañana, y no permitas que tu concepto de ellas quede desfigurado por experiencias que nada tienen que ver con el presente.

Efesios 5:19 (NVI) Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón,

Juan 8:16-18 (NVI) Y si lo hago, mis juicios son válidos porque no los emito por mi cuenta sino en unión con el Padre que me envió. En la ley de ustedes está escrito que el testimonio de dos personas es válido. Uno de mis testigos soy yo mismo, y el Padre que me envió también da testimonio de mí.

Juan 4:24 (NVI) Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.