CONOCER A DIOS

#NoticiasCristianas

Describir a Dios puede ser una tarea harto difícil. Su personalidad presenta múltiples facetas. Su carácter es insondable. Aparte de eso, todos nos hallamos en una etapa distinta de desarrollo, y nuestra relación con Dios evoluciona a través de los años.

Por las representaciones artístico-religiosas que se han hecho de Él, muchos tienen el concepto infantil de que es un anciano de barbas que vive en un plano superior al nuestro, desde el cual nos observa, y que poco o nada interviene en nuestros asuntos. Un desacierto. En Navidad, por supuesto, se lo pinta como un niño en un pesebre, y es bueno que así sea, particularmente para que los pequeños se identifiquen con Él.

«Dejen que los niños vengan a Mí —decía Jesús—. ¡No los detengan! Pues el reino del Cielo pertenece a los que son como estos niños».

Sin embargo, si queremos ahondar en nuestro conocimiento de Dios no podemos quedarnos con esas imágenes pueriles. Dios mismo quiere que maduremos y lo descubramos en Sus numerosas vertientes y dimensiones, que conozcamos de primera mano Sus variados atributos, como son Su sabiduría, Su poder de sanación, Su consuelo, Su auxilio en tiempos de angustia y tantísimos más.

Si bien ninguno —ni el santo más puro ni el teólogo más entendido— puede llegar a comprender cabalmente a Dios, Su Palabra nos da algunas pistas. Por sobre todo, nos enseña que Dios nos ama fervientemente pese a todas las embarradas que cometemos. Su amor es permanente, incondicional y perfecto. «Estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro».

Santiago 1:5 (NVI) Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.

Salmos 147:3 (NVI)
restaura a los abatidos
y cubre con vendas sus heridas.

Romanos 8:38-39 (NVI) Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

Ver Contenido Completo