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Hace poco un amigo me dijo: «Mi empresa anda bien, pero mis alergias han empeorado más que nunca. Por lo visto, cuando me estreso se agravan. ¿No será que lo uno está relacionado con lo otro?»
Todos sabemos lo que es estar muy ocupados, pero Jesús nos dice: «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y Yo les daré descanso. Carguen con Mi yugo y aprendan de Mí, pues Yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma».
Para muchos que vivimos en ciudades, la palabra yugo tiene poco significado. Aquí en Asia, sin embargo, con frecuencia suele verse a hombres y mujeres llevando cargas pesadas al mercado. Lo hacen utilizando un palo de madera que colocan sobre sus hombros, con una cesta colgada de cada punta. La clave consiste en mantener un equilibrio perfecto. Han llegado a dominar cierta forma rítmica de caminar a fin de evitar que las cestas se balanceen demasiado hacia un costado o hacia el otro.
Aunque Jesús sabía que su estadía en la Tierra sería breve, no se ponía frenético ni se atosigaba de trabajo cada día. Logró hacer mucho porque llevaba una vida equilibrada. Descansaba cuando se sentía agotado, instaba a Sus discípulos a hacer lo mismo y también dedicaba tiempo a orar y escuchar a Su Padre.
Nosotros también podemos llevar pesadas cargas si adoptamos un buen ritmo y mantenemos un equilibrio entre atender a nuestras obligaciones y hacer pausas para descansar y recargar energías.
Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque Él cuida de ustedes. 1 Pedro 5:7 (NTV)
Para todo hay ocasión: hay tiempo para distenderse y tiempo para estar ocupado, tiempo para divertirse y tiempo para trabajar, tiempo para recibir y tiempo para dar, tiempo para comenzar y tiempo para concluir. Jonathan Lockwood Huie (n. 1944)
No es el peso lo que nos derrumba, sino la manera en que lo llevamos. Anónimo
La mayor parte del trabajo que se hace en el mundo no es obra de genios, sino de personas comunes y corrientes que llevan una vida equilibrada, que han aprendido a trabajar de manera extraordinaria. Gordon Hinckley (1910–2008)
La felicidad no es cuestión de intensidad, sino de equilibrio, orden, ritmo y armonía. Thomas Merton (1915–1968)
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Mateo 11:28-30 (NVI) »Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.»
Isaías 30:15 (NVI)
Porque así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel:
«En el arrepentimiento y la calma está su salvación,
en la serenidad y la confianza está su fuerza,
¡pero ustedes no lo quieren reconocer!
Salmos 37:7 (NVI)
Guarda silencio ante el Señor,
y espera en él con paciencia;
no te irrites ante el éxito de otros,
de los que maquinan planes malvados.
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