La fidelidad y la lealtad son virtudes en franca decadencia hoy en día. Casi a diario leemos, con asombro y tristeza, noticias de personas que traicionan la fe depositada en ellas, en muchos casos por fama o por lucro. Las historias de deslealtad están a la orden del día y dejan profundas heridas en los afectados. Ciertamente cualquiera es capaz de ello —todos tenemos pies de barro—, por lo que vale la pena que nos esforcemos por ser más leales y valorar la fidelidad, de parte nuestra y de quienes nos rodean. Dios sin duda puede obrar en nosotros y ayudarnos en esa aspiración.
La Palabra de Dios es rica en alusiones a la fidelidad. «El hombre fiel abundará en bendiciones», reza un proverbio. Sería estupendo que siempre se nos estimase fieles y constantes, y que como consecuencia, claro, abundáramos en bendiciones; pero desafortunadamente cuando nos golpea la adversidad, surgen conflictos y dudas o no se cumplen nuestras expectativas, a veces resulta más cómodo ser volubles que fieles. Ya nos gustaría tener un amor y una lealtad a toda prueba y por ende ser personas de entera confianza; sin embargo, no siempre nos nace tan espontáneamente como quisiéramos. El rey Salomón observó: «Muchos hombres proclaman su propia bondad; pero un hombre fiel, ¿quién lo hallará?»
Felizmente, aunque todos a veces pequemos de infidelidad o inconstancia, siempre tenemos a Dios. El Salmo 100:5 dice: «El Señor es bueno y Su gran amor es eterno; Su fidelidad permanece para siempre», mientras que Deuteronomio 32:4 describe así la constancia intemporal de Dios: «Él es la Roca, Sus obras son perfectas. Todo lo que hace es justo e imparcial. Él es Dios fiel, nunca actúa mal».
Por más que fallemos o perdamos la fe en Él, en los demás y en nosotros mismos, Dios nunca nos abandona ni nos defrauda. Nunca falta a las promesas que nos ha hecho: «Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis».
¡Cómo dudarlo! Dios es fiel, infinita e incondicionalmente fiel.
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Proverbios 28:20 (NVI)
El hombre fiel recibirá muchas bendiciones;
el que tiene prisa por enriquecerse no quedará impune.
Proverbios 20:6 (NVI)
Son muchos los que proclaman su lealtad,
¿pero quién puede hallar a alguien digno de confianza?
Jeremías 29:11 (NVI) Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor —, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
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