La Decisión De Una Madre

Ninguno de sus amigos y familiares entiende por qué decidió hacerlo. A la mayoría le gustaría despertarla de su insensatez. Sus objeciones tienen sentido. Al fin y al cabo, May ya tiene cerca de 45 años y vive sola desde que su hija se mudó a otra parte. Además se ha endeudado. El caso es que May está criando a una niña que su ex marido tuvo con otra mujer.

May se casó joven y se divorció antes de los 25 años. Desde antes de separarse ya criaba sola a su primera hija, pues su marido era narcodependiente, y no hacía otra cosa que entrar y salir de la cárcel.

Unos veinte años después, él reapareció de la nada y le pidió un favor. Había tenido una hija con otra mujer y quería que ella le gestionara la internación de la niña en un orfanato antes que él volviera a la cárcel. La pequeña Joline (se pronuncia Yolín) había sido abandonada por su madre y parecía destinada a pasar su vida en una institución.

May optó por hacer las gestiones para quedarse con ella. Ya lleva cinco años criándola. No le ha resultado fácil. Trabaja arduamente para pagar las cuentas, y Joline no le da tregua. Sin embargo, nada la hace desistir.

«Todos me dicen que Joline es una carga enorme y que no valen la pena los sacrificios que hago para criarla. Pero nadie me pregunta qué siento yo ni toma en cuenta las razones por las que lo hago.

»Cuando terminó mi última relación, sentí que mi vida había perdido todo sentido, y que nunca tendría una familia normal. Sin embargo, la primera vez que vi la sonrisa de Joline y que ella me agarró un dedo con su manito, supe que había alguien que me quería y me necesitaba. Joline no es una carga; me trae amor y alegría».

En ese momento Joline se acercó, echó sus brazos al cuello de May y le llenó las mejillas de besos. «Te quiero, mami. Eres la mejor del mundo». Como madre orgullosa que es, a May se le iluminó el rostro.

Entonces caí en la cuenta de que May tenía razón, y de que las críticas que había recibido eran injustas. En lugar de dejar que las vicisitudes y avatares de la vida la sumieran en una espiral de autocompasión, optó por dar de lo que aún tiene. Y gracias a ello ha hallado la felicidad que tan esquiva le había sido.

Uno de los mejores obsequios que me hizo mi padre —sin proponérselo siquiera— fue la oportunidad de presenciar el valor con que hacía frente a la adversidad. Siempre se mostraba imperturbable, completamente sereno. Nunca perdía su carácter efervescente, risueño, jovial.
Ben Okri (1959 – )

La vida está sembrada de espinas, y no conozco otro remedio que pasar rápidamente a través de ellas. Cuanto más tiempo dedicamos a nuestros infortunios, mayor es su poder para hacernos daño.
Voltaire (1694–1778)

Juan 16:33 (NVI) Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.

Santiago 1:19-20 (NVI) Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse; pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere.

1 Pedro 5:7 (NVI) Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.