LA SINERGIA Y EL TRABAJO EN EQUIPO

Si antes estaba en boga el líder fuerte, el autócrata seguro de sí mismo que imponía su estilo para sacar adelante a su empresa o a su equipo, ahora el dirigente sensato sabe que sus esfuerzos se multiplican si se apoya en su equipo en lugar de recurrir principalmente a sus propias capacidades.

Adoptar y mantener un sentido de comunidad es factor esencial para el progreso de toda organización en el mundo actual. El éxito de una empresa se basa en la suma de las habilidades y destrezas de sus componentes y en la disposición de los directivos para sacar partido de la pericia y los aportes de los distintos integrantes.
El trabajo en equipo es hoy un componente fundamental del éxito. Pero ¿es tan moderno ese concepto?

Retrocedamos 3.000 años. Cuando Jetro, el suegro de Moisés, vio que este presidía personalmente audiencias públicas para resolver las disputas que surgían en el campamento, le dio el siguiente consejo:

Tu procedimiento no es el correcto. Se agotarán tú y toda esa gente. La tarea sobrepasa tus posibilidades y no puedes realizarla tú solo.

Escucha mi consejo, y que Dios te asista. Tú eres el representante del pueblo ante Dios y a ti te corresponde presentarle sus asuntos. Debes también instruirlos sobre las leyes y preceptos, enseñándoles cómo deben comportarse.

Pero tienes que escoger entre el pueblo a hombres temerosos de Dios, en quienes puedas confiar, insobornables. Ellos administrarán la justicia ordinaria; a ti llegarán los asuntos graves mientras ellos se ocuparán de las cosas menos importantes. De este modo, aliviarás tu carga al compartirla con ellos.

Si pones esto en práctica, tú podrás aguantar el esfuerzo y la gente quedará satisfecha.

La incidencia del trabajo en equipo en el triunfo de cualquier iniciativa está más que demostrada. El poder mismo de la oración se redobla cuando pedimos en conjunto. Jesús nos enseñó: «Si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por Mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos». ¡La fuerza de lo colectivo!

Para construir algo sólido se requiere de muchas manos. Un equipo de alto rendimiento precisa en su eje una finalidad común, una misión que esté por encima de cada uno de los individuos que componen el conjunto. Es esta visión y óptica colectiva, esta cooperación y fusión de capacidades, la que potencia a un equipo y genera sinergia. La sinergia es la acción de dos o más causas que producen un efecto superior a la suma de los efectos individuales. La unión —reza el consabido dicho— hace la fuerza.

Mateo 16:26 (NVI) ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida?

Jeremías 29:11 (NVI) Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor —, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.

Salmos 37:4 (NVI)
Deléitate en el Señor,
y él te concederá los deseos de tu corazón.