PASEO POR LA ORILLA DEL RÍO

#EnergiaPositiva

Nuestras largas conversaciones sobre posibles cambios hacían que el futuro se viera cada día más nebuloso. Varios años antes mi marido y yo, junto con varios amigos, habíamos fundado una organización humanitaria para tratar de paliar la difícil situación heredada de la guerra civil en la ex Yugoslavia.

Desde el primer día no había sido tarea fácil. Sin embargo, era alentador ver los resultados, tener voluntarios que trabajaban con nosotros y haber podido, en numerosas ocasiones, entregar ayuda y alegrar a los niños de los campamentos de refugiados. A esas alturas, no obstante, la mayoría de los integrantes de nuestra fundación se estaban yendo. Otras ONG se estaban trasladando también, y comenzamos a pensar que deberíamos dar por concluida nuestra labor allí. Yo me sentía un poco triste y descorazonada.

—¿Por qué no damos un paseo por el río? —propuso mi marido.

Me venía bien hacer una pausa, así que accedí. No era exactamente un río, sino más bien un arroyo saltarín que corría por entre las colinas cerca de nuestra casa.

Había llovido copiosamente, y estaba nublado. Una leve neblina húmeda envolvía los árboles y arbustos. Las condiciones climáticas reflejaban mi estado de ánimo mientras caminábamos por un sombrío y fangoso sendero. No sería la primera vez que cerrábamos un capítulo del libro de nuestra vida y nos íbamos a otro lugar. Pero en aquella ocasión algo no me cuajaba. Tenía la impresión de que debíamos perseverar contra toda lógica, a pesar de las circunstancias.

Por mucho que repasamos los pros y los contras, no vimos claro qué decisión debíamos tomar. Cuanto más hablábamos del asunto, más confundidos nos sentíamos. Nos detuvimos y nos sentamos sobre unas piedras para desahogarnos con nuestro amoroso Creador y escuchar lo que quisiera decirnos acerca de la situación. Él nos animó y nos aseguró que nos esperaban grandes cosas y más voluntarios de los que teníamos espacio para alojar.
Catorce años después, todavía estamos aquí. El mes pasado inauguramos otro centro de formación, pues llegaban más y más voluntarios deseosos de prestar ayuda. La promesa se hizo realidad.

¡Qué distinto habría sido todo si no nos hubiéramos tomado ese rato, hace muchos años, para dar un paseo tranquilo, sin presiones, levantar la vista y mirar con claridad más allá de las nubes, donde el sol siempre brilla!

Proverbios 3:5-6 (NVI)
Confía en el Señor de todo corazón,
y no en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
y él allanará tus sendas.

Salmos 32:8 (NVI)
El Señor dice:
«Yo te instruiré,
yo te mostraré el camino que debes seguir;
yo te daré consejos y velaré por ti.

Juan 16:13 (NVI) Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir.

Ver Contenido Completo